miércoles, 5 de mayo de 2010

No eres famoso, retortijón

Últimamente me doy cuenta de que la gente cada vez se engaña más a sí misma. Saben perfectamente que se están mintiendo y que nada de lo que creen ser es cierto.
Pero, aparentemente, son felices.
Estoy enterada de un par de casos así, no muy cercanos a mí, pero lo suficiente como para saber todos los detalles de la situación. Es lo que tiene estar en mil redes sociales y coincidir con esas personas en todos lados.
A mí esas cosas me dan mucha pena, mucha mucha pena.
Pero me dejo de frasecitas para poner un ejemplo y que todos lo entendáis mucho mejor.
Me presento: "Hola, me llamo Carolina y me gusta escribir, pero no por eso soy escritora de profesión, ni periodista, ni ná de ná. Estoy estudiando y ni siquiera he llegado al momento en el que se puede escoger lo que se quiere estudiar. Me gusta la fotografía y sacar fotos y no por eso soy fotógrafa. Y me gustan los gatetes."


La televisión y, sobre todo, internet han hecho mucho mal a determinadas personas que por falta de personalidad (o por la posesión de cantidades ingentes de aburrimiento y tiempo libre) llegan a creerse que son alguien. Y con creerse "alguien" me refiero a creer ser "famoso". "Famoso" de que se te suba a la cabeza cualquier cosa, ya sea estar de 887/1000 en el ranking de "Sexy o no" o que alguien te dice que le gusta lo que haces.
Y hay que tener cuidado con eso, porque puede ser que ese "me gusta lo que haces" sea simplemente una forma de ser amable, cosa que saben distinguir las personas con más de dos dedos de frente. Pero siempre hay excepciones y es duro darte cuenta de que igual en el tuenti eres muy guay y tienes 400 amigos y en la vida real solo te queda la familia. Y la salud, que es lo importante.

"Famoso" no es "mis amigos me han hecho un club de fans" ni "veo a muchos famosos, por lo tanto soy famoso".

Respeto el hecho de tener personalidad, estar orgulloso de uno mismo y ser empático cuando hay que serlo (este último es un fallo que suelo tener yo, soy tan empática que pido disculpas hasta cuando tengo tos), eso está bien. Lo que no mola es creerse un zurullo bien bonito y plantado y no llegar ni a retortijón (modificación escatológica del "ir de guay y no llegar a chachi" de Dani Mateo).

Son cosas que me enervan, porque las veo y pienso "qué engañada vive la gente". Pero bueno, después me veo a mí y digo "qué bien hecha he salido yo".


(Pensamiento prepotente y ególatra patrocinado y promovido por los mimos de mi madrerrrl)


Y para este caso en particular al que va dirigida esta entrada: córtate el pelo y cómprate un flequillo, hostia puta. Que ni es peinado ni es ná, es pelo tapando una cara.